Receta International: La Pizza

Cocina italiana: la pizza

Mucha gente piensa aún que la pizza es, por su fama mundial, una receta originaria de la cultura norteamericana, pues desconoce que en realidad se trata de un plato típico de la cocina napolitana del siglo XVII. El origen es incluso anterior, de tiempos de la antigua Roma se cree, en la que ya cocinaban panes redondos que eran partidos en porciones como las pizzas actuales.

La primera explosión de fama de la pizza aconteció en su tierra natal, Italia, cuando el rey Fernando I proclamó su devoción por ella. Después fue extendiéndose a lo largo y ancho del Mediterráneo, y más tarde saltó el charco de mano de los inmigrantes italianos que recalaron en países como Argentina o Estados Unidos. Allí, en la gran potencia, se convirtió en un icono de la comida rápida y terminó de propagarse a aquellos lugares donde aún no era conocida.

El soporte alimenticio de la pizza, sin el cual no puede llamarse como tal, es una masa de pan redondo y plano que ha de cubrirse por lo menos con queso mozzarella y salsa de tomate, la que es la receta más simple, conocida como pizza Margarita. Como es lógico, la calidad de los ingredientes influye directamente en el sabor y la valía del plato, pudiendo encontrarse grandes diferencias entre las que se cocina de forma tradicional y aquellas otras elaboradas bajo las directrices insalubres del fast food.

La buena pizza se prepara con una base de pan que se amasa en el momento de la confección, sobre la que se sirven ingredientes frescos y bien cortados, ya sea carne, pescado, vegetales o marisco, entre otros, los cuales se condimentan con especias como el orégano o la albahaca y un chorro de aceite de oliva. Después ha de introducirse unos minutos en el horno -de leña preferiblemente, siempre mejor que uno industrial-, y por último cortarse en porciones triangulares para ser degustada más cómodamente, con o sin cubiertos.