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China siempre ha ejercido una profunda fascinación en los occidentales. Pronunciar tan sólo su nombre ya ejerce un misterio imposible de descifrar. A pesar de sus intercambios culturales cada vez más frecuentes y haberse puesto al día en el mundo de las comunicaciones, China sigue siendo un tierra misteriosa y de cultura milenaria que fascina a todo aquel que decide visitarla.
Hoy en día, en nuestra cultura nos llegan numerosos rastros de la cultura china ¿Quién no hay oído hablar del tai chi, el feng sui, el taoísmo o la medicina tradicional? China es mucho más que todo eso, un país imposible de describir de un solo trazo. Un país sutil y delicado reflejado en su grafía, sus artes, su filosofía de vida y a la vez un país de una fuerza incombustible que se refleja en su imponente arquitectura, su inquieto comercio, su incesante bullicio... El silencio más absoluto de la naturaleza frente al dinamismo urbano del país más poblado del planeta.