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Nueva Zelanda

Cuenta la leyenda maorí que un día, el semi dios Maui pescó un pez enorme de las profundidades del mar y ese pez se convirtió en Nueva Zelanda. Esta bonita leyenda ilustra perfectamente la naturaleza profundamente marina y mágica del país.

Nueva Zelanda está formada por dos grandes islas: la Isla Norte donde se encuentra su capital Wellington y la Isla Sur cuya capital es Christchurch. La Isla del Norte es la más poblada y la Isla Sur es riquísima en majestuosos paisajes y parques naturales.

Aislada del resto del mundo, Nueva Zelanda ha conservado una cantidad llamativamente elevada de especies de flora y fauna que no se han encontrado en otros lugares, lo que la convierte en un lugar de los más exóticos del planeta. Prueba de este exotismo son los animales que han conservado sus antiguas formas jurásicas como el tuatara, similar a una lagartija.

A parte de una naturaleza imponente y exótica, Nueva Zelanda posee igualmente núcleos urbanos igual de bonitos. La ciudad de Auckland, mundialmente conocida como la ciudad de los veleros, es de gran atractivo para cualquier viajero. Ubicada en una delgada franja de tierra rodeada por el océano pacífico, esta ciudad será la delicia para cualquier amante de los deportes acuáticos. Aparte de su maravilloso paisaje, Auckland es una urbe muy cosmopolita, con una gran vida nocturna. Los aficionados al arte no pueden olvidarse de visitar el museo de Auckland donde hay una gran variedad de obras provenientes de la cultura maorí.

Si el viajero quiere más emociones fuertes podrá experimentar una tormenta antártica en el International Antarctic Centre de la bonita ciudad de Christchurch... Y después de vivir la experiencia, para volver a entrar en calor nada mejor que disfrutar de la bulliciosa vida nocturna de la ciudad donde hay miles de clubs para pasarlo en grande.