Twitter y la evolución del formato SMS

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Si usas Internet con cierta frecuencia y no te suena ni remotamente la palabra “Twitter”, es probable entonces que hayas estado navegando por alguna otra dimensión desconocida.

Y es que Twitter es, entre otros espacios, un revolucionario formato de Web 2.0 que ha sido plagiado hasta la extenuación. Creado en 2006 por Jack Dorsey como un proyecto de investigación, dio el salto a Internet en calidad servicio de microblogging gratuito y alcanzó, en un plazo de tres años, la nada desdeñable cifra de 50 millones de usuarios. ¿Microqué? Como indica el término, permite la creación de un blog o bitácora que se va construyendo a partir de microartículos o tweets, publicaciones que en ningún caso superan los 140 caracteres. Este límite, casi idéntico al de los ya míticos SMS, obliga al usuario a considerar las mismas pautas que con los mensajes de móvil: sintetizar al máximo, condensar el contenido, prescindir de lo accesorio y, si procede, recurrir a las abreviaturas. Estas últimas han supuesto, en algunos casos, una degeneración del lenguaje muy similar a la de los SMS -bastante criticada entonces y ahora-; no obstante, al ser un servicio gratuito, la economía expresiva motivada por la monetaria no se ha propagado con tanta intensidad.

El formato del tweet es, como decimos, un ejercicio extremo de resumen; se trata de expresar una idea, sentimiento o noticia en un par de líneas, de modo que el receptor capte sin problemas el sentido de la frase y ésta le suscite, además, algún tipo de interés. Y es que el uso primordial de Twitter, que comenzó su andadura como herramienta del mundo de los negocios, es el de la propagación de la más inmediata actualidad. Según demostró una investigación de Pear Analytics, gran parte de los tweets son titulares de noticias o mensajes de autopromoción que llevan añadidos un enlace a una página externa con la información ampliada; de ahí la importancia de llamar la atención, pues el objetivo no es otro que el de incitar al lector a seguir el vínculo propuesto. Esto ha provocado la aparición del spam, invitado perpetuo en todos aquellos espacios virtuales que gozan de gran aceptación y afluencia de público.

El uso más desinteresado de Twitter, que ha devenido además en un nuevo estilo de vida, es el de la publicación diaria de tweetssobre uno mismo. Aquí cabe todo, desde sentimientos o impresiones hasta actualizaciones minuciosas sobre cada paso o acción cotidiana acometida, lo que significa que las temáticas generadas son casi tan numerosas como el número de usuarios dados de alta. Quienes no tardaron en apuntarse a la moda de Twitter fueron muchos famosos de Hollywood, a los que se les dio el nombre de twitteratti, a saber, usuarios con un gran número de seguidores a causa de su fama en el mundo real. Ésa es, precisamente, la mecánica secundaria de Twitter, seguir a aquellas personas cuyas publicaciones nos interesan y al tiempo lograr -o no- que las nuestras propias desaten expectación y sean seguidas por otros usuarios.

El uso, en fin, depende de cada uno, ya sea como desahogo existencial, medidor de la popularidad, arma lucrativa o herramienta de divulgación, entre otras. La fama de Twitter es creciente -en ocasiones se satura por el desmesurado número de tweets simultáneos-, y de sus bondades se han aprovechado también organismos oficiales y grandes empresas: se ha utilizado para retransmitir eventos, realizar entrevistas, avisar de hechos significativos o crear comunidades oficiales, algunas de las cuales se han materializado en la vida real.

En Enfolang sabemos bien de la importancia de Twitter en la actualidad de Internet, y para ofreceros un acceso rápido y selectivo a nuestras mejores ofertas y cursos de idiomas os invitamos a seguir nuestros tweets, que por supuesto tenéis derecho a compartir con todos aquellos usuarios que puedan estar interesados. No os quedéis atrás, ¡probad la nueva versión en español!