Honigkuchen (Alemania)

Honigkuchen

El Honigkuchen es un delicioso pastel de miel y especias muy típico en Alemania, Suiza y Austria. En época navideña es de común preparación en estos países y tiene un aroma muy particular a miel y especias que se siente nada más entrar en los hogares de muchas familias. También es un clásico a la hora de ser invitado a comer en una casa o cuando se quiere llevar un obsequio al puesto de trabajo. El Honigkuchen es el detalle adecuado y más clásico por su rico y particular sabor que gusta a todo el mundo.

Una de las ventajas del Honigkuchen es que no necesita presentarse de una forma especial, puede realizarse en pequeños pasteles o en plunkey alargado. Del mismo modo, se pueden variar los frutos secos, la fruta confitada o cualquier elemento decorativo. Cada persona tiene su ideal de preparación.

Otra de las ventajas es que, al igual que algunas salsas, los sabores van cambiando con el paso de los días al combinarse y acentuarse las especias. Puede que lo que el primer día te resulte anodino, a la mañana siguiente lo encuentres especialmente sabroso.

Aquí os damos la receta para preparar un estupendo Honigkuchen que dure varios días. Ya veréis cómo su preparación es sencilla y acabáis por repetir, e incluso adaptar a vuestro antojo.

Coge un bol de buen tamaño, vierte en él 450/500 gramos de harina leudante y mézclala con una cucharada de polvo para hornear y un pellizco de sal.

Después, añade una cucharada pequeña de jengibre en polvo, otra de canela en polvo y media de nuez moscada junto a otra media de clavo de olor (giroflé) en polvo. Mezcla bien todos los ingredientes durante un minuto.

Mientras, en una olla o cazo, coloca 150 gramos de azúcar, 80 gramos de manteca cortada y 250 de miel. La miel, mejor orgánica y de buena calidad, piensa que será el sabor más importante del Honigkuchen. Colócalo a fuego muy bajo y ve moviendo hasta que el azúcar se disuelva; entonces, apártalo del fuego.

Agrega dos huevos grandes a la mezcla que has preparado con la miel, manteca y el azúcar, y revuelve hasta que sea una masa homogénea. Cuando juzgues que está bien mezclado, vuélcalo sobre los ingredientes secos y vuelve a realizar la misma tarea de revolver hasta que quede una mezcla adecuada. No te olvides de utilizar una cuchara de madera.

Te darás cuenta de que la mezcla que queda es más bien densa. No te preocupes, es como debe ser.

Vierte la mezcla en moldes de pudín sin que sobrepase la mitad del espacio y aplánala. El mejor método es con un objeto metálico, cuchara por ejemplo, humedecido en agua fría. La miel puede ser muy pegajosa.

En un horno precalentado a 180ºC, colócalos entre 30 y 40 minutos, hasta que veas la corteza ligeramente tostada. Puedes probar con un palillo si dudas.

Cuando estén fríos, es el momento de decorarlos. Lo más clásico es colocar glasé de naranja y piezas de frutos secos como nueves y avellana. Este es el momento en el que puedes ser algo creativo y dejarlo con la decoración más adecuada: no será lo mismo si es para tus hijos que si piensas llevarlo a la oficina.

La opción más clásica es prepararlo en grandes placas rectangulares, pero hay quien prefiere cortarlo como si fuesen pequeños pasteles.

Lo bueno de este pastel es que dura unos cuantos días, si eres capaz de resistirte a comerlo entero, pero te recomendamos guardarlo en un sitio fresco donde no le dé la luz del sol ni haya humedad. El horno una vez enfriado puede ser buena idea.

Aunque es una receta de otros países europeos, puede ser una buena sorpresa en cualquier cena navideña. Como habéis podido comprobar, su preparación es muy sencilla.

Artículos más leídos

Hemos realizado una selección de los artículos más leídos por los internautas de todas las secciones publicados hasta la fecha.

Otras recetas:

Contacta con nosotros