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Si nos preguntan por recetas típicas de Semana Santa rápidamente se nos vendrán a la cabeza algunas de las que preparaba nuestra abuela; pero la cosa cambia cuando nos piden el nombre de algún plato de estas fechas con un carácter más internacional. Sin embargo hay especialidades dignas de mención. Un ejemplo lo tenemos en la colomba paquale italiana.
Como bien habéis observado la traducción al castellano de este dulce es “paloma de Pascua”. Se cuentan varias historias para explicar este nombre: unos cuentan que el rey lombardo Aldoino recibió un pastel en forma de paloma de la paz con la intención de que detuviese el asedio de Pavía; otros implican al santo irlandés Columba; y muchos piensan que realmente es una creación reciente, concretamente de los años 30 y que fue un publicitario de una empresa fabricante de panettoni el que tuvo la idea de aprovechar en Semana Santa la maquinaria destinada a los dulces navideños.
Tenga el origen que tenga comer una colomba pasquale es de rigor en la época más espiritual del año. ¿Podríamos nosotros preparar una como alternativa a torrijas y pestiños?
Pues sí: sólo necesitaréis levadura, harina, huevos, mantequilla, sal, limón, leche, azúcar, cáscara de naranja y almendras dulces. No es más difícil de preparar que un bizcocho.
Mezclad la levadura con tres cucharadas de levadura, añadid un poco de harina y formad un panecillo; haced un corte en forma de cruz en él y metedlo en agua durante 2 minutos. Mientras mezclad la harina que queda con cuatro huevos, mantequilla y la corteza de medio limón.
A continuación estirad la masa y poned en el centro el panecillo que habíamos dejado en remojo. Amasad las dos masas y dejadlas reposar durante unos 20 minutos; pasados estos 20 minutos añadid unos dados de mantequilla, amasad y dejad reposar de nuevo unos 40 minutos; echad el azúcar, volved a amasar y dejad reposar de nuevo; pero esta vez toda una noche.
Cuando la masa esté preparada podéis dejar precalentando un horno a 100º, mientras poned la masa en un molde, taparla con papel de aluminio. Ahora el toque “secreto”: meted la masa en el horno… ¡Y apagadlo! Dejad reposar la mezcla durante unos 30 minutos en este ambiente calentado. Pasado ese tiempo, sacad la masa, pintadla con yema de huevo, almendras y la ralladura de naranja. Poned a precalentar el horno a 180º, meted la masa tapada de nuevo con papel de plata, bajad la temperatura a 160º y dejad que se termine de cocinar el plato durante 15 minutos.
Como habéis observado esta receta es fácil, pero la clave está en esperar, tener paciencia y saber observar los tiempos. En muchos aspectos es el postre perfecto para semana santa pues su elaboración recuerda bastante a la oración.
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