Zúrich, encanto suizo

Zurich

Zúrich es una de las ciudades más bellas del planeta para pasar la Navidad. Situada a las faldas de los Alpes y entre el lago Zúrich y el río Limmat, durante la Navidad adquiere un tinte de relato y las parpadeantes luces de fiesta y la decoración de ensueño adornan cada punto del centro de la capital.

A pesar de lo que podamos pensar, Zúrich es un lugar con mucha vida durante todo el año, es un centro de negocios con una población muy activa y muchísimos comercios. Durante la Navidad, cada tienda reclama la atención de los compradores con estupendas iluminaciones y unos amplios horarios que alcanzan las diez de la noche en Nochebuena.

Pero si se quieren hacer compras navideñas o disfrutar de un ambiente inigualable, la Estación Central de Zúrich se transforma en mercadillo, pero no uno pequeño, sino el mayor mercadillo cubierto de Europa. Allí se puede encontrar un enorme árbol de Navidad decorado con cientos de cristales y más de 160 casetas de madera en la que localizar cualquier regalo que se nos pueda ocurrir. Desde mediados de noviembre hasta finales de diciembre la bulliciosa estación nos sirve como resguardo, centro de compras e indispensable lugar donde probar las delicias y dulces suizos.

Como contraste, también está el mercadillo antiguo de la ciudad que se monta en Hirschenplatz. Un cúmulo de puestos colocados entre las laberínticas calles, rodeando antiquísimos edificios y mezclados con la arquitectura clásica de la ciudad. Es un lugar donde perderse y vivir el romanticismo inherente de la ciudad. Aquí podremos encontrar los productos más tradicionales de la ciudad y sentirnos como un suizo más. Como podremos comprobar, los residentes de la ciudad se acercan allí a realizar sus compras.

Pero no todo en la ciudad gira en torno a las compras. Frente al museo nacional se instala una gran pista de hielo a la que se puede acceder con total libertad y en la cualquiera podrá deslizarse con tranquilidad entre familias, parejas y grupos de amigos que disfrutan de un lugar con especial encanto. Las actividades culturales también son de gran calidad en estas fechas, en las carteleras se mezclan obras de teatro, musicales, ópera… con las muestras en museos que duran todo el año, y atraen gran número de turistas. Zúrich es una ciudad con gran poder adquisitivo y una población amante del arte y la cultura, por lo que las alternativas con variadas y para todos los gustos.

En la Nochevieja es indispensable acercarse al centro y disfrutar del espectáculo pirotécnico anual que se celebra. Los fuegos artificiales son de gran calidad y larga duración para inaugurar como se merece el año que entra.

Pero todo esto de lo que hablamos solo son complementos a lo que debería ser el gran objetivo cuando se visita una ciudad como Zúrich durante la Navidad. Lo mejor es perderse por sus calles, pasear con la cámara fotográfica y detenerse en la decoración que realiza cada vecino para estas fechas y en los puestos que pone la ciudad. Comer la comida clásica y a media tarde disfrutar de un chocolate caliente en una de las cuidadas cafeterías suizas. Zúrich es una ciudad bonita durante todo el año, pero en las Navidades se transforma en la ciudad de ensueño de las que nos hablaban en casa cuando éramos niños.

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