Musselburgh

Es probable que esta sea la primera vez que leáis el nombre de Musselburgh esta pequeña ciudad cercana a Edimburgo; pero debéis saber que es una de las candidatas que con más fuerza suena cuando se pregunta cuál puede ser el pueblo más antiguo de Escocia.

Los romanos se asentaron aquí al poco de iniciar su conquista de las islas británicas, hacia el año 80 después de Cristo. Pruebas de ello son las ruinas de su fuerte romano y de su puente que, aunque reconstruido en 1300 y 1597, todavía conserva las simples pero eficaces formas imperiales.

Que la última reconstrucción del puente romano fuera a finales del siglo XVI no es casual pues la ciudad vivió un convulso periodo en esta época. Enrique VIII declaró a la guerra a los escoceses que no reconocieron el matrimonio de su hijo Eduardo con la pequeña María Estuardo y Musselburgh estaba entre las ciudades contrarias. Eso supuso la devastación de la antigua ciudad durante la batalla de Pinkie Cleugh , a la que siguió una larga reconstrucción según los criterios más moderno. Así,  su monumento más conocido, el Tolbooth, fue construido  en 1590; al igual que la histórica Pinkie House.

Igualmente histórico es su campo de golf, del que cuentan que también podría ser el más antiguo del mundo pues ya se tiene constancia de él en 1672. Se trata de un campo particularmente encantador pues la dirección da a sus visitantes la opción de jugar con bolas y palos de nogal y vestuario al más puro estilo antiguo.

La antigüedad, podéis verlo, es una de las señas de Musselburgh. Pero la honestidad es su lema y figura bien alto en el escudo de la ciudad: no podía ser de otra manera en un lugar que vive con orgullo ser un ejemplo de longevidad y autenticidad