17 de marzo: Festival de San Patricio

17 de marzo: Festival de San Patricio en Irlanda.

Si detestas la cerveza, te aburren los desfiles, odias el color verde y te can mal los pelirrojos, lo mejor será que no salgas de casa este próximo 17 de marzo, especialmente si estás en Dublín u otra ciudad irlandesa.

Y es que dicho día -y durante aquellos que le preceden y suceden, como viene siendo costumbre desde 1996- se celebra en Irlanda el Festival de San Patricio, el santo patrón del país. Éste es el epicentro de la fiesta y donde con más fervor se vive, pero también se acometen las costumbres pertinentes en todos los rincones del mundo donde hay afincados inmigrantes irlandeses o simplemente cierta pasión por lo typical Irish.

El origen del festejo, como es lógico, data de bastante antes de los 90; al comienzo fue sólo una fiesta religiosa, pero a principios del siglo XX fue declarada fiesta pública por el Parlamento de Gran Bretaña. Contradictoriamente, se ordenó el cierre de las tabernas durante este día 17 de marzo, ley que, no obstante, fue derogada en los años 70. Un par de décadas después, el propio gobierno de Irlanda tomó las riendas y creó el mencionado Festival de San Patricio, con el fin de promocionar la cultura irlandesa por todo el mundo, hermanar a sus ciudadanos allí donde se encontrasen y dar una imagen de nación creativa y sofisticada.

Actualmente, las celebraciones en Irlanda ocupan cinco días, durante los cuales corre a litros la cerveza y se organizan los desfiles. El más multitudinario, sin embargo, no se celebra en Dublín, sino en Nueva York, al que asisten más de dos millones de personas. Éstos tienen lugar en varias ciudades de EEUU y Canadá, pero también de Sudamérica y Europa, todos con el denominador común del color verde. En Chicago, incluso, llegan a teñir de este color las aguas del río homónimo que atraviesa la ciudad.

Aquí en España ya nos vamos acostumbrando a ver grupos de gente celebrando el día de San Patricio, ataviados con algo verde o que luzca el símbolo del shamrock (el famoso trébol), al menos en las inmediaciones de los miles de pubs irlandeses que han brotado por toda la península desde hace unos años hasta hoy. Puede que sea verdadera pasión por lo irlandés lo que lleve a algunos a divertirse en honor de San Patricio, pero da la impresión -cuando no la certeza- de que para otros tantos constituye sólo una excusa para amorrarse durante horas a una barra de bar donde sirvan sin descanso pintas y pintas de cerveza negra, rubia o pelirroja.