Las noches blancas en San Petersburgo

Antes de contaros cómo es el festival debemos explicaros en qué consisten las "noches blancas": ligado al llamado "sol de medianoche" el periodo se extiende desde primeros de mayo hasta mediados de julio. Debido a la latitud de la ciudad (57' a 59' norte) durante mes y medio el sol no pasa por debajo del horizonte, así que no llega a oscurecer.

Quien ha visitado San Petersburgo en esos días se encontrará un poco desorientado al principio: las farolas no están encendidas, los restaurantes siguen abiertos y el tiempo parece haberse detenido en el atardecer aunque en realidad es de madrugada.

Este singular y mágico fenómeno ha provocado que muchos turistas quieran acercarse a la ciudad en estas fechas, en especial parejas y románticos empedernidos. Y las autoridades han aprovechado para crear un festival que ponga la guinda a tan fascinantes días.

Desde 1993 la ciudad rusa organiza conciertos de música clásica, ballet, ópera, obras de teatro, interesantes exposiciones en sus museos, castillos de fuegos artificiales… y todos sabemos qué significa esto: veladas en el Teatro Mariinsky, ver a la mismísima Filarmónica de San Petersburgo o visitar el Museo del Hermitage.

En fin: un festín de cultura de calidad intensificado por el espectáculo natural de la falta de noche.

Lo único que rompe la magia es que el festival se ha vuelto tan conocido que hacen falta semanas de antelación a la hora de reservar entrada para los distintos eventos, pero lo cierto es que, a falta de óperas de Chaikovski o representaciones de las obras de Pushkin, siempre nos podremos encontrar un grupo de músicos callejeros que nos entretenga mientras paseamos por los iluminados puentes sobre el río Nevá durante un crepúsculo sin fin.