Los tuareg y su estilo de vida nómada

Los tuareg y su estilo de vida nómada

Aquí en Europa no nos seduce tanto el estilo de vida que llevan los famosos Tuareg -también llamados imuhagh- como para querer imitarlos y pasarnos los años recorriendo el Sahara bajo un oscuro turbante, pero sí nos llaman poderosamente la atención sus míticas y ancestrales costumbres.

El principal rasgo diferenciador de este pueblo bereber es el nomadismo; tanto los Tuareg como los animales que los acompañan recorren largas distancias y van satisfaciendo sus necesidades por el camino, algo a lo que están más que acostumbrados. Este modo de vida proviene del siglo XII; hasta esa fecha se dedicaban a saquear pueblos y controlar las rutas comerciales del desierto, pero una vez empezaron a producirse las invasiones árabes, se vieron obligados a adoptar la costumbre de recorrer el Sahara incesantemente.

El pueblo Tuareg posee asimismo un idioma y un sistema de valores y creencias propio, al que fueron añadiendo algunos elementos del Islam toda vez no entraban en conflicto con los suyos originarios. Más de un millón de individuos se consideran pertenecientes a esta antiquísima civilización, que ha conseguido perpetuar su idiosincrasia a través de los siglos y decenas de generaciones. Ésta se divide en distintas tribus independientes, dentro de las cuales existe, a su vez, una estratificación social significativa: los Tuareg diferencian entre nobles o aristócratas y vasallos, los cuales pueden ser desde pastores o artesanos hasta sacerdotes. Pero no es la única separación social, ya que existe una más: por una parte están los ciudadanos libres o ilelan y por otra los esclavos o íklan, que son un sector minoritario y se encuentran al servicio de los primeros.

No serían pocas las líneas que podrían escribirse sobre los Tuareg, un pueblo emblemático e inmune al transcurrir del tiempo, y del que sin duda se irán descubriendo más cosas según avance el mismo. Suponemos que ellos no dejarán de cubrir el norte y el oeste del Sahara con sus pisadas, y que aquél que quiera conocerlos de cerca se verá obligado a caminar pacientemente junto a sus caravanas de nómadas.